Ya sé que esta opinión que voy a expresar
será tildada por algunos como exagerada, interesada, innecesaria, electoralista
y algunos cuantos adjetivos más, poco positivos probablemente. No importa,
porque lo que trataré de mostrar con estas pocas líneas es que tanto Vitori
como Ilde se merecen muchas palmadas en la espalda de reconocimiento de sus
paisanos residentes y de aquellos que vamos a disfrutar de nuestro pueblo de
vez en cuando. ¿Por qué planteo esto ahora? Pues porque, desgraciadamente, hay
un alarmante déficit en Higuera de reconocimiento de los méritos de otros,
cuando estos son nítidos y evidentes, y eso no es bueno para nadie, y menos
para nuestro común pueblo.
En mi opinión existen personas que siempre
están en contra de lo que hacen otros, de manera desinteresada, por el pueblo;
da igual lo que hagan, como lo hagan y los resultados obtenidos, nunca
reconocerán el trabajo, la dedicación, la implicación, el compromiso con
Higuera y los higuereños, aunque les beneficie también a ellos. Es como si
necesitaran siempre la crítica destructiva que hacen para justificar su propia falta
de compromiso, de implicación, de colaboración (“Si doy por bueno lo que hacen los demás –pensarán en el mejor de los
casos- yo quedo mal, ya que yo no hago nada”).
Luego hay otras (que afortunadamente, yo creo que son más
numerosos) que sí aprecian, valoran y reconocen lo que Vitori e Ilde están
haciendo por el pueblo, y por todos, los últimos cuatro años, pero “no les
sale” decírselo de manera directa. No sé por qué no les sale, pero es así. Y
sin embargo, el reconocimiento, la enhorabuena, las gracias, permiten a los que
trabajan, con esfuerzo y sacrificio (sí, sacrificio de muchas otras cosas
importantes para ellos: familia, ocio, incluso salud …) seguir pensando que ha
merecido la pena, y merece aún, seguir trabajando duro por el bienestar de
todos los higuereños (¡incluso de los que no ven nada positivo nunca!).
Eso no significa que lo hayan hecho todo
bien, o que no hayan cometido errores, ¡faltaría más! Ellos son los primeros en
reconocerlo. Son humanos. No partían de una situación fácil, porque la gobernanza de un pueblo, aunque sea
pequeño como el nuestro, nunca es fácil. A pesar de problemas históricos y
dificultades económicas, poblacionales, colaboracionales, ellos han puesto el
alma en ello, y han conseguido superar con mucho los niveles de bienestar que
había precedentemente, gestionando, embelleciendo, creando oportunidades para
el futuro y tantas cosas que no se ven
desde fuera, pero que significan dedicación, renuncias, horas de sueño …
sacrificio.
Sin ellos Higuera se hubiera seguido
deslizando sin remedio hacia el abismo de la desaparición; con ellos ha habido
al menos durante cuatro años un rayo de
Esperanza para este pueblo que (creo que muchos aún no son conscientes –o no
entra dentro del ámbito de su interés) sigue corriendo el mayor de los riesgos
de desaparición paulatina y de dependencia de municipios terceros. Suponemos
que la mayoría de higuereños queremos la autonomía mientras podamos
permitírnosla, depender de nosotros mismos, y uno de los mayores riesgos es el
de que nadie más quiera intentarlo de manera desinteresada (ni incluso
interesada, ya que la nueva Ley de Administración Local sólo permite que haya
un único cargo municipal liberado, y sólo al 75% del tiempo y de remuneración),
con lo cual nuestros días como municipio independiente estarían contados. Por
esto también es necesario el reconocimiento hacia quienes han dado un paso
difícil, a cambio de bien poco.
No voy a enumerar los logros conseguidos en
estos pocos años por Vitori e Ilde como Alcalde
y Teniente de Alcalde de Higuera, porque “a la vista están”, y para
quienes no los ven, “buena gana”,
porque como dice el dicho “no hay peor
ciego que el que no quiere ver”; lo que no quita para que esos logros estén
ahí (se pueden leer en las últimas Hoja de Higuera, consultables en la web www.higueradealbalat.es).
A día de hoy, yo al menos no estoy seguro de
que vayan a presentarse de nuevo a las ya próximas elecciones municipales, pero
sí sé que si no lo hicieran Higuera perdería una nueva buena oportunidad de
volver a confiar la gestión de sus asuntos a dos incansables trabajadores por
su pueblo, hasta ahora a cambio únicamente de la satisfacción de demostrar que
las cosas se pueden hacer de otra manera, con esfuerzo y honestidad, y que un
pueblo pequeño, con escaso presupuesto,
y en vías de envejecimiento y despoblación galopantes puede tener aún
una oportunidad de Futuro, y sus habitantes y visitantes de seguir disfrutando
del mismo (dos objetivos básicos que se han ido traduciendo en realizaciones
concretas en estos cuatro años, y que podrán fructificar definitivamente o no
en años venideros, pero que ellos, con escasa colaboración general y
seguramente excesivas exigencias, se están esforzando generosamente porque así
sea).
Por todo lo expuesto (y por muchas cosas más, como dice la canción), yo al menos (y creo
que no seré el único) les doy mil
gracias a Vitori y a Ilde, porque se lo merecen una y mil veces.
Tomás Melo. 24-2-2015