3 de octubre de 2009

REFLEXIÓN CRÍTICA. La venta del Rozal: situación actual y consecuencias futuras

Desde hace bastantes meses colea en el pueblo el asunto de la compra de la Finca el Rozal por el propietario del otro Rozal. Como sabréis muchos es una finca mancomunada pro indiviso (si me equivoco, corregir por favor) que se encuentra aproximadamente entre el alto de Chinalavá y la garganta Descuernacabras, repoblada de pinos. He leído y oído –cómo tan a menudo en Higuera, no es fácil discernir su veracidad- que la pretensión del propietario que quiere comprar es de conseguir el 50%+1 de la propiedad de la Finca con objeto –dicen- de tener el control de la mayoría de la propiedad para adjudicarse la parte que da con su finca particular y poder dar monterías particulares porque con la extensión actual de la suya no llega para ello. Esto en todo caso tiene un interés menor, lo que importa es analizar las consecuencias de cómo se ha llevado a cabo la pretensión de compra y las implicaciones que algo así tiene.

Al parecer el propietario del Rozal se ha valido del anterior Presidente de la Junta Directiva de la Mancomunidad de Terrenos para ir intentando convencer a diversos propietarios de vender su parte. A día de hoy, según mis noticias, hay algunos que ya han vendido, pero no ha llegado a conseguir aún el 50%+1, ya que muchos propietarios no han considerado oportuno hacerlo, por el precio ofrecido (6.000 € por parte, equivaliendo la parte a 4 hectáreas, y teniendo la finca 54 partes), y por otras razones. Ante esto:


1º. ¿Por qué la actual Junta Directiva de la Mancomunidad de Terrenos no ha convocado ya una reunión específica para tratar este asunto, en la cual se analizara la propuesta, se debatiera y se llegara a una postura común? Aunque les cueste entenderlo a muchos, acostumbrados a no contar con nadie a la hora de tomar decisiones que afectan a todos, la mejor opción ante esto – como siempre- es facilitar la máxima y la mejor información posible para poder tener opción a tomar entre todos las decisiones más idóneas para todos los propietarios de la finca. Si la Junta Directiva, teniendo en cuenta los medios que existen hoy día –email- para convocar, no lo hace en ocasiones como ésta, recaerá en ella la responsabilidad de haber llegado a una situación que creo nefasta para la mayor parte de los implicados, incluidos los que han vendido (que por cierto están en su derecho, máxime si quienes los representa no facilitan una orientación sobre ello) ya que tal vez con otra forma de hacer las cosas –una negociación mejor, que no ha existido- hubieran podido sacarle un mayor rendimiento a su propiedad vendida, o hubieran tal vez decidido no hacerlo.

Personalmente no estoy por la venta de ninguna propiedad, aunque entiendo que otras personas quieran hacerlo, por razones diversas, entre ellas una de las más oídas por mi es la dificultad de control y conocimiento de parte de los herederos futuros, siendo la segunda el escasísimo rendimiento económico que se ha obtenido históricamente de ellas, por una gestión inadecuada de las mismas.


2º. Muchos – entre los que me incluyo- critican al intermediario del pueblo por la forma escondida y trapacera en que ha realizado la tarea encomendada, máxime habiendo sido hasta hace poco Presidente de la Mancomunidad de Terrenos; aunque a estas alturas ya no extraña a nadie, dada su forma habitual de hacer las cosas, que todos conocemos. Pero tanta responsabilidad o más sobre el resultado final de esa compra tiene esa Junta Directiva que no convoca a tiempo para al menos intentar tomar decisiones comunes, sean las que sean. Se impone pues que, aunque tarde, los propietarios de la Finca el Rozal exijamos al Presidente de la Mancomunidad de Propietarios que convoque cuanto antes dicha reunión, en fecha que podamos asistir la mayoría de propietarios, aunque no vivamos en el pueblo o cerca de él (¿Qué tal un sábado por la tarde o un domingo?). Si estáis de acuerdo con esta idea de convocatoria podéis decirlo en el Comentario a esta noticia, yo se lo haré llegar a la Junta Directiva, si hay un número significativo de propietarios que lo pide.


3º. Yendo más lejos se me ocurre – y dejando para otro momento un desarrollo más extenso- que con este intento de compra de una finca del pueblo se ha abierto la veda para el resto de fincas, y que es una cuestión de tiempo, si no se actúa con rapidez, claridad y eficacia, para que, vista la desorganización y desunión de los propietarios, otros no quieran ir comprando las demás, lo que tendría, si así llegara a suceder, consecuencias para todos los higuereños. A bote pronto, estas son algunas:


· Cazadores: no dispondrían de un coto deportivo para cazar en su pueblo.

· Propietarios: ingresos por caza, arrendamientos, control de caminos, y

control general del pueblo ya no sería posibles.

·Turismo, caballistas, senderistas e higuereños en general: tendrían

limitado su acceso y zonas de paso y esparcimiento ya que las fincas

serían valladas (como ahora La Bodega).

· Higuereños: pérdida del control sobre el término municipal y reducción

de la capacidad de movimientos dentro del mismo.


Algunos, referido a este tercer punto, como en algún momento anterior, se precipitarán a decir que soy un catastrofista (aunque seguro que no lo contraargumentan y al final probablemente la realidad les demuestre lo contrario), pero lo cierto es que toda la dinámica en Higuera va en esa dirección, y este tema no es una excepción, y no querer (o no poder) verlo conlleva el no poder actuar sobre esa dinámica.

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